¿Por qué se accidenta un niño?
Entender como funciona un peque para prevenir de forma eficaz
Para evitar accidentes debemos conocer previamente las causas que lo provocan, es aquí donde entra la llamada “Cadena secuencial del accidente” y que solo podremos romper a través de una prevención efectiva.
Aunque este análisis se lleve a cabo en todos los colectivos, el mundo infantil que nos ocupa difiere mucho del de los adultos, por eso no podemos dejar de insistir en la necesidad de tratar la seguridad infantil desde su punto de vista, ya que un niño no actúa, piensa o decide en base al riesgo: dejar la seguridad infantil en manos de profesionales que no tienen en cuenta sus necesidades y características es un grave error preventivo que no alcanzará en ningún caso el objetivo de romper la cadena, permitiendo que el adecuado desarrollo madurativo del menor no se vea interrumpido por las secuelas derivadas de una falta de prevención, preservando su integridad física o psíquica.
Vamos a analizar el factor diferenciador que interviene en la cadena secuencial con el que entender el por qué se accidenta un niño, base para poder ofrecer las soluciones de seguridad infantil eficaces que eviten que la sobreprotección y fomenten la cultura preventiva.
Factores relativos a la evolución natural
El desarrollo neurológico y las etapas de transición evolutiva son determinantes. Hasta adquirir una nueva habilidad (por ejemplo de gatear a caminar, de caminar a correr) son muchos los intentos y los fracasos hasta alcanzar un nivel óptimo de motricidad. Ofrecer en esos momentos la seguridad (física y afectiva) que necesitan es vital para su consecución, teniendo en cuenta las características del sujeto podremos otorgar la prevención adecuada y correcta.
La percepción del riesgo viene determinada por la comprensión de conceptos como causa/efecto y de las situaciones a las que se puede o no enfrentar. Dominar el lenguaje y otras formas de comunicación para entender las normas básicas de seguridad y protección obliga a los responsables cuidadores del menor a reforzar los puntos críticos hasta que progresivamente el niño avance a un nivel cognitivo en la compresión de los efectos que determinaran sus actos.
El desarrollo humano se caracteriza por una mezcla entre lo experimentado y la nueva creación, es decir, desde el nacimiento vamos acumulando nuevas habilidades y destrezas, así pues un bebé desde que nace se desarrolla incorporando todas las sensaciones que ha ido adquiriendo, de manera que las inquietudes de un niño de 5 años don el resultado de todo los sucedido desde su nacimiento.
Para alcanzar el desarrollo durante todo el proceso de aprendizaje, los comportamientos del niño son.
En consecuencia, el papel de los adultos es ofrecerles recursos adecuados para que experimenten, imiten y descubran con total seguridad.
Existen dos modelos de niños especialmente susceptibles de sufrir accidentes:
En ambos casos la herramienta a utilizar es la educación, que será distinta según las características y la evolución del menor, estimulando el atrevimiento en determinados casos o reflexionando sobre las consecuencias de los mismos en otros. La finalidad es que se eduquen y modifiquen aquellos aspectos intrínsecos que les perjudican, y refuercen aquellos que les benefician, llegando a conseguir la armonía y el equilibrio en el afianzamiento de su personalidad.
La cultura de la prevención de accidentes infantiles debe ser completamente opuesta a la cultura del NO y de la SOBREPROTECCIÓN.
Aunque cada niño es un mundo, descarga la infografía donde exponemos de forma generalizada aspectos diferenciadores de cada periodo evolutivo, destacando aquellas acciones que nos ofrecen una visión adecuada a las medidas de prevención a reforzar en cada uno de ellos.
© M Ángeles Miranda. Consultora/Auditora de prevención de accidentes infantiles® para la Asociación Nacional de Seguridad Infantil.
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