Seguridad Infantil ¿Cuántos tipos de prevención conoces?

Definición e historia de la prevención
La prevención, derivada del latín «praeventio,» significa adoptar medidas anticipadas para evitar daños, riesgos o peligros. Anticiparnos al riesgo
El proverbio «Más vale prevenir que curar», atribuida a Erasmo de Rotterdam y popularizada por Ramón Sánchez Ocaña en los años 80, encapsula la esencia de la prevención.
En el mundo de la seguridad en general y la infantil en particular, la prevención es el rey. Para las recientes familias y para las profesionales de la educación infantil, entender y aplicar aquellas medidas preventivas eficaces puede ser la diferencia entre un entorno seguro o uno lleno de riesgos por más que nos empeñemos en poner prevención allá donde no es necesario o no detectemos los riesgos reales para adoptar medidas eficaces.

Por ejemplo, en nuestras auditorias de seguridad infantil, observamos como, en la totalidad de las escuelas infantiles, se incluyen bloqueos de seguridad en los enchufes. Enchufes que se ubican a 140 cm de altura y que, además, ya incluyen un bloqueo interior integrado dentro de la misma toma de corriente. Definitivamente, NO es una prevención eficaz, es un gasto sin necesidad.

¿Cuántos tipos de prevención conoces?
Básicamente, son 3 y las vamos a explicar en función de su objetivo y con ejemplos para que quede más claro.

  1. Prevención Primaria: Su objetivo es evitar que ocurra el accidente. Por ejemplo, instalar una barrera de seguridad en las escaleras impide que el niño acceda a ellas y, por lo tanto, la caída o la entrada a espacios de riesgos. En este punto, es importante recordar las normas del producto que evita el accidente. En este ejemplo de las barreras y, para que la prevención sea efectiva, también la barrera debe ser segura para evitar lesiones por contacto con sus componentes u otro tipo de riesgos como es el atrapamiento de cabeza y cuello si la instalación no es correcta.
  2. Prevención Secundaria: Se centra en reducir el riesgo o nivel de lesión si el accidente ocurre. Por ejemplo, no podemos (ni debemos) evitar que un peque caiga, pero sí podemos minimizar las consecuencias de esa caída. Un ejemplo sería el uso de protecciones acolchadas en las esquinas de paredes, mobiliario y columnas, con las que conseguimos que el golpe se quede en algo leve y no en un traumatismo. Aquí también, como en el caso anterior, la norma de las protecciones de esquinas cumple un papel fundamental para, por ejemplo, evitar un atragantamiento, ya que deben ser atóxicas y anti mordiscos.
  3. Prevención Terciaria: De la misma forma que la secundaria, busca reducir el riesgo o nivel de lesión, pero desde el momento en que el accidente ya ha ocurrido. Aquí entran en juego los conocimientos en primeros auxilios, la disponibilidad de un botiquín adecuado y la intervención médica urgente. Como seguramente ya habrás deducido, a este tipo de prevención se llega cuando las otras dos, primaria y secundaria, no se han llevado a cabo o no ha sido una prevención adecuada.

La Cultura de la Prevención
Incorporar una cultura preventiva es esencial para cambiar la mentalidad del «A mí no me va a pasar» por una proactiva y consciente de los riesgos. Los niños no tienen conciencia del riesgo; por ello, es responsabilidad de los adultos incorporar prácticas preventivas en su cuidado y educación. Esto no solo evita accidentes, sino que también enseña a los niños a ser conscientes de su entorno, a desarrollarse, fomentando la autonomía y actuar de manera segura.

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Primeros Auxilios: Una Parte Esencial de la Prevención
Formarse en primeros auxilios es una parte integral de la prevención. Saber cómo realizar curas básicas, RCP o la maniobra de Heimlich puede salvar vidas. Además, los primeros auxilios no solo actúan después de un accidente, sino que también pueden prevenir complicaciones mayores. Pero, siempre debes tener muy claro que NO evita el accidente. La prevención primaria y secundaria son la base para evitar llegar a la terciaria.

La Responsabilidad Civil
El seguro de responsabilidad civil es obligatorio y esencial, pero es importante entender que NO previene accidentes. Su propósito es proporcionar una cobertura económica, y también asistencial, en caso de que ocurra un accidente, pero no sustituye la necesidad de medidas preventivas efectivas.

Deja la prevención en manos expertas
De la misma forma que en tu escuela infantil dejas el mantenimiento de los equipos contra incendios a profesionales del sector, o en tu hogar, haces lo mismo con la instalación eléctrica, la seguridad infantil no siempre entiende de sentido común y, mucho menos, del siempre se ha hecho así: confía solo en profesionales acreditados para ello.

Contrata los servicios de babyproofing para tu hogar y la Certificación S+ para tu escuela infantil o colegio, ahorrarás en gastos, evitarás llegar a la terciaria e invertirás en prevención efectiva y tu centro se convertirá en un referente para tu municipio.

Familias y profesionales de la infancia, recordad que la prevención salva vidas. Detectad riesgos, actuad para evitar accidentes y aprended primeros auxilios. La seguridad infantil es una responsabilidad compartida y requiere una cultura preventiva sólida y bien establecida.

© Contenido Registrado por M Ángeles Miranda para la Asociación Nacional de Seguridad Infantil. Te agradezco que compartas y difundas prevención de accidentes infantiles, como también que valores mi tiempo y mi trabajo como experta en seguridad infantil. Citar la fuente no solo se debe hacer porque así lo establece la legislación vigente, también por respeto.